Con un estilo narrativo ágil y rápido, el autor nos narra el pasado del protagonista en la India, cómo cometió su primer asesinato siendo un adolescente y su precipitado ascenso en el crimen organizado, y nos cuenta cómo y por qué lo declararon en busca y captura, así como su exilio de Bombay a Dubái y de ahí a Lahore.
En Londres le proponen la misión de viajar a Buenos Aires para asesinar a un diplomático iraní. A cambio le prometen que le permitirán regresar a la India. Sin embargo, desde la sombra, cada uno de los cabecillas de ese «crimen de Estado» tiene un plan diferente: un funcionario del gobierno de la India tan solo está preocupado por capturar vivo a Dawood y trasladarlo a su país; un norteamericano quiere la información que posee sobre los servicios secretos pakistaníes, y un argentino tan solo pretende que el indio asesine al iraní porque este posee información comprometedora para su gobierno sobre el atentado terrorista de 1994 contra el centro judío AMIA de Buenos Aires.
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